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Inimaginable el día anterior, la crisis financiera de 2007-2008 sorprendió a propios y a extraños. ¿Cómo se gestó? ¿Por qué fue tan profunda? ¿Por qué sus consecuencias están siendo tan prolongadas y dolorosas?
Si bien la mayor parte de los relatos se centran en las malas prácticas financieras de determinados sectores, en Sombras. El desorden financiero en la era de la globalización, Michael Ash y Francisco Louçã se disponen a demostrar que, lejos de ser su rama disidente, las finanzas en la sombra que iniciaron la crisis están estrechamente entrelazadas con, y resultan altamente lucrativas para, las finanzas de base bancaria. El colapso no fue un accidente, Sombras rastrea la compleja red de poder que precipitó la gran recesión y aporta vívidas descripciones de los actores que lideraron la economía internacional hasta 2007.
La presente obra es un examen concluyente sobre el papel de la élite del poder mundial. Disecciona las redes e instituciones que apoyan el modelo de economía y sociedad financiarizadas y centradas en el mercado. Se remonta a sus orígenes para describir a continuación la extraordinaria resiliencia que están demostrando hoy ante sus fracasos más manifiestos.
Pero este magnífico trabajo no se contenta con interpretar el pasado, sino que sirve para alertarnos ante nuevas turbulencias en gestación, recordándonos que los trastornos financieros no son la causa de las crisis capitalistas, sino más bien la consecuencia de décadas de estancamiento de la acumulación y de escaso dinamismo económico global, que las economías emergentes no han logrado contrarrestar más que muy parcialmente, y una manifestación del reforzamiento del poder socioeconómico de los sectores más privilegiados. Y concluye atisbando alternativas de sociedad necesarias y posibles.
"Es un libro inquietante, pero es tan lúcida la demostración de la inquietud que nos deja una alivio secreto, a la tenue luz de la capacidad de los seres humanos para superar las condiciones que les impiden humanizarse plenamente. No podría tener razones más fuertes para recomendar encarecidamente la lectura de este libro”
Boaventura de Sousa Santos |